jueves, 25 de noviembre de 2010

Shakira, Palau Sant Jordi, Barcelona!

El esperado concierto de Shakira comenzó con todo el mundo ya dentro, a las 21.56. En ese instante se apagaron las luces, atronó el Sant Jordi y la diva apareció ataviada como Caperucita fucsia por un pasillo abierto entre la multitud. Caminaba a paso procesional sevillano, como una Virgen algo díscola que cantaba Pienso en ti dejándose casi tocar. Llegó al escenario y acabó la procesión.

Cesó cuando la estrella dijo "bona nit, Barcelona", "bona nit, catalans" y un "aquesta nit sóc tota teva" que provocó algún suspiro de escepticismo. Lógicamente, masculino.
La cascada de sonidos arreció en clave rockera con Te dejo Madrid, Si te vas y Suerte -whenever, wherever-, pieza que unió con Unbelievable para solicitar de unas espectadoras que subiesen al escenario a pegar caderazos con ella. La reina estaba en su salsa y el público continuaba sin tocar el suelo con los pies. De nuevo en catalán porque, recordó, ella también se apellida Ripoll, presentó Inevitable como una de sus piezas favoritas, lo que dijo mucho de su apego a los orígenes y de su gusto musical. Metida en arenas de pausa y sosiego, léase balada edulcorada, se atrevió con Metallica y Nothing else matters, para seguir apelando a la ternura envuelta en celofán rosa con La despedida.
Con la canción gitana bailó y zapateó como ella sabe.Se encadenaron piezas como Ciega, sordomuda y Gordita, tema en el que se pudo escuchar el recitado de Calle 13. Shakira, ya con un top que dejaba ver su vientre y acudiendo a la sacudida de sus senos, embocó la parte final del concierto. En Sale el sol se arrancó el top para dejar ver su delicada ropa interior color carne. 
Con las pantallas posteriores proyectando imágenes del escenario  y con otras prendas, se acercó a Colombia con Loca, bailó con Loba y, vestida de bailarina del vientre Ojos así.Respiro. Su cuerpo de serpiente se refugió en camerinos tras un sonoro "visca Catalunya!"

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